En esta entrevista, Consuelo García del Cid Guerra nos habla de su trabajo de investigación sobre la verdad de los preventorios españoles y el patronato de protección a la mujer, que se mantuvo hasta 1984 y del libro fruto de su trabajo, "Las desterradas hijas de Eva", cuya atención ha destapado una realidad que se mantuvo en la oscuridad... hasta ahora.
Cultura | 08 de junio de 2013¿Cómo es posible que algunos intenten justificar el robo de bebés?
Lo que ahora nos parece horrible era algo normal. Se instauró un patrón determinado de mujer a la fuerza, y nunca mejor dicho, bajo el nacional catolicismo. Se quebantó la frontera entre el bien y el mal. Ninguna de las personas implicadas en el robo de niños se siente culpable y morirá convencida de haber hecho lo correcto, desde Sor María al Doctor Vela, pasando por cientos de médicos, curas, monjas, comadronas o enfermeras consentidoras o colaboradoras. Se sienten inocentes y perseguidos, es más, hasta se consideran ellos las víctimas.
¿Quién fue primero, el huevo o la gallina?... porque eran los propios padres quienes echaban de casa a una madre soltera, y el estado tenía todo un menú de centros-prisión para "redimirlas". Un hijo fuera del matrimonio era una verguenza. El centro de Peña Grande actuaba como mazmorra penitenciaria donde se ocultaban los embarazos y las internas padecían un trato vejatorio. A las más desamparadas les robaban el niño con total impunidad, y hasta 1984.
La publicación de Las desterradas hijas de Eva generó una gran polémica. Incluso llegaste a recibir amenazas. ¿Cómo se asimila eso?
El objetivo es asustar, que te mueras de miedo y te calles. En algunos casos lo consiguen. Mentiría si dijera que no he sentido pánico, pero seguí. En realidad creo que sentía más pena que ninguna otra cosa. Una pena tremenda que me dejó hecha polvo. Si mezclas pena y miedo te quedas para el arrastre, adelgacé una barbaridad. Pero por desgracia, es algo muy frecuente cuando te metes en temas sobre la memoria. Ni he sido la primera ni seré la última.
Durante la presentación del libro en Madrid se te veía muy afectada...
No podía mirar al público porque la mayoría lloraba, y si les miraba, lloraba yo. Además se produjo en mí un sentimiento entrañable, porque siempre relacioné Madrid con mi encierro, y Madrid resultó ser la presentación más multitudinaria, me sentí muy apoyada, acudieron incluso amigos míos de derechas y era como si Madrid me abriera las puertas de par en par desde la libertad.
¿Me estás diciendo que tienes amigos de derechas?
Sí, tengo amigos de derechas. Nos respetamos mutuamente. Fusilar a todo aquel que piensa de forma distinta es un error inmenso. Ellos me llaman "la zurda", pero yo no les llamo fachas, porque no lo son. Ser de derechas no significa ser fascista. Del fascista no quiero ni agua. El fascista es el primero que no concibe ni admite la libertad de pensamiento.
¿Algún testimonio te impresionó especialmente?
Sí, puedo decir un nombre y lo digo: Icíar del Salto. Ella me condujo hasta el Preventorio, estuvo en los dos centros, Preventorio y Peña Grande. Es una mujer maravillosa, tan grande por dentro como por fuera, y le debo muchísimo, no me cansaré de repetirlo.
Siempre has dicho que pediste ayuda a personas supuestamente implicadas en la memoria histórica y te la negaron. ¿Por qué?
Porque la gente es cobarde. Acuden cuando lo que has hecho se convierte en noticia tras haberte dejado completamente sola y de pronto resulta que todos aseguran ser muy amigos tuyos. Seguimos siendo el país del miedo. Para todo.
Ahora aparece una supuesta trama de niños robados en Marruecos...
No me sorprendió en absoluto. Pero se habla de 28 casos y en España son 300.000. Rabat registró en 2011 254 adopciones en "kafalas", figura jurídica marroquí para que los niños mantegan su nacionalidad y condición musulmana. Podemos pasear país por país y saldrán casos de bebés robados para España. Y no digamos Irlanda con las lavanderías de la Magdalena.
¿Cómo viviste el proceso de Las desterradas hijas de Eva?
Cuando te metes en algo así, pasas por distintas fases. Rabia, dolor, arrojo. Es imposible que un libro semejante no te afecte, a no ser que se tenga la sangre de horchata. Y si en mayor o menor grado has sido parte implicada, peor me lo pones.
Hay cosas que nunca se superan. Son llagas infectadas por el tiempo. Puedes disimularlas, pero existen, están en tu cuerpo y en tu alma. No me siento víctima, sí afectada. He cumplido mi promesa y eso me generó mucha paz.
¿Cual era la función del Patronato de Protección a la Mujer?
El Patronato era una institución fascista. Las que pasaron por él y las que lo vivimos de cerca, lo sabemos. Criminalizaba a la mujer que pensara de forma distinta a lo establecido, la encerraba, la sometía e incluso podía ser recluida en un manicomio si no pasaba por el aro disciplinario del centro que le tocara en suerte. Muchas jóvenes han sido encerradas en psiquiátricos por el simple hecho de rebelarse en los distintos reformatorios. Era una forma de lobotomizar sin quirófano ni bisturí.
¿Recuerdas al Doctor Vela?
Claro que le recuerdo, tieso como un junco con su bata blanca. Y la clínica... suya, por cierto, sólo tenía diez habitaciones. Pero entonces sólo le veía como a un profesor que impartía clases de auxiliar de clínica en los reformatorios del Patronato. Cuando saltó la noticia de su implicación en la trama de robo de bebés, me quedé helada, y sentí que tenía que hacer algo. Nadie hablaba del Patronato de Protección a la Mujer, y por ahí empecé. Vela está directamente relacionado con el Patronato, así como con los famosos cursos del PPO.
¿Existió un cerebro en la trama del tráfico de niños?
No. Ningún sujeto se levantó una mañana dispuesto a robar niños. Existió, en cualquier caso, el patrón del nacional catolicismo impuesto por Franco. A partir de ese patrón se desarrolla la trama, que empieza por las madres solteras. Con los años se convirtió en un negocio, pero no creo que lo fuera desde sus inicios. El Patronato lo deshizo Jaime Cortezo en el 84, pero se siguieron robando bebés. Cortezo, por cierto, apareció muerto en el interior de su coche, cosido a puñaladas, y ese crimen nunca se ha aclarado. Cientos de miles de mujeres le debemos muchísimo a Cortezo.
En cuanto al Preventorio de Guadarrama, las cuidadoras niegan los malos tratos denunciados...
¿Pero a alguien le cabe en la cabeza que lo puedan reconocer?. Ninguna cuidadora o niñera -como ellas dicen que eran- reconocerá jamás que maltrató. Y ya se ha ocupado bien el pueblo de hacerse la víctima al respecto, empezando por su alcaldesa, que negó cualquier tipo de colaboración con un grupo de víctimas que acudió a un pleno del ayuntamiento. Lo que nadie imaginaba es la que se ha liado, que pusimos al pueblo entero en jaque. Y no fue sencillo, que conste. Sí, se maltrataron miles de niñas, aquello fue brutal. Empecé en 2011 con un artículo (https://www.tenemoslapalabra.com/opinion/1175-preventorio-del-dr-murillo-la-voz-de-la-memoria) y la red se llenó de tags. Insisto, yo supe del Preventorio por mi amiga Icíar, no sabía nada de él hasta entonces.
El libro tenía fecha de entrega y el asunto del Preventorio de Guadarrama tuve que escribirlo contrarreloj. Les prometí a las víctimas que lo haría, y lo hice. Como también les prometí que se enteraría España entera de lo que era ese lugar, y España entera lo sabe. Ahora muchas personas se han implicado, y cuantas más, mejor. Que se investigue, que se escriba, que las víctimas se conozcan entre ellas. Sembrar la memoria es eso. Que cada uno la siembre como quiera, sepa y pueda. Juntos o por separado. Cada uno es libre de tomar la postura que decida. Algunas se han unido a la querella argentina y tienen todo mi apoyo.
En el libro se aportan documentos que prueban la petición de bebés al centro de Peña Grande. ¿Cómo los conseguiste?
Esa es la única pregunta que no puedo contestar. En los archivos históricos se conserva lo que conviene. Se ha quemado mucho, olvidado un poco y abandonado lo mínimo. Sobre esos dos supuestos hay que moverse. Cuesta muchísimo, pero el que la sigue, la consigue. Del Preventorio de Guadarrama, hasta la fecha no se ha encontrado nada. Eso no significa que no existan. Puede haberse quemado todo o puede que alguien conserve algo. No lo sabemos.
Las desterradas hijas de Eva agotó su primera edición en un tiempo récord, y la segunda se encuentra también casi agotada. ¿Para cuando la tercera?
La tercera está al caer, y se pueden encontrar todavía ejemplares de la segunda en la Feria de Madrid, caseta 36 de las distribuidoras.